Es tiempo de inicio de clases y variedad de propuestas educativas se presentan ante nosotros como alternativas de capacitación. Reconocer su verdadera importancia y adaptarla a nuestra vida profesional, definitivamente es una herramienta a favor.
Aprender a partir de los distintos medios vigentes nos permite argumentar nuestro accionar como profesionales, afianzar los contenidos y adquirir cierta seguridad que no se renovaría si nos quedáramos únicamente con los conocimientos adquiridos desde la experiencia o la capacitación no formal.
Muchas personas que ocupan sus puestos desde hace años, otros que se consideran muy mayores para seguir capacitándose o quienes tienen un puesto jerárquico de mucha relevancia suelen subestimar a los que pretenden superarse constantemente mediante la capacitación.
Es que siempre hay algo más por aprender y quien cree que lo sabe todo… poco sabe, incluso de sí mismo.
Por otro lado, el cambio recurrente que se vive en el mercado laboral, la competencia y la rechazada por algunos: globalización, hacen que capacitarse no sea cuestión de gusto, sino de necesidad.
Sin embargo en la actualidad, los puestos no son vitalicios y tarde o temprano algunos de quienes los ocupan, se irán dando cuenta de la necesidad de aprender todos los días algo nuevo para no permanecer aislados. De la misma manera que habrán tenido que ir asimilando distintas herramientas tecnológicas y recursos, deberán incorporar o por lo menos aceptar, la mejor forma de implementarlos.
Es sabido, que la capacitación no es perder el tiempo, no es inaccesible, no tiene vencimiento, ni perjudica a nadie. Sin embargo, muchos siguen pensando que el tiempo que lleva capacitarse es tiempo perdido que no se invierte en la empresa u organización, o directamente se respaldan en que no lo tienen suficientemente como para destinarlo a eso. Por otro lado, sostienen que el valor (dinero) de la capacitación se pierde así, pudiéndolo destinar a otro fin o que tarde o temprano lo que se aprendió, dejará de tener relevancia, para ser reemplazado por otra teoría, sistema o modalidad.
No obstante el escepticismo de algunos, la capacitación permanente y no sólo aquella que se hizo en los inicios de la actividad profesional, sigue siendo un aspecto fundamental en el reclutamiento de personal en las grandes empresas.
Por eso y porque en la actualidad nadie está seguro en su puesto de trabajo, es imprescindible incorporarse a los nuevos paradigmas que nos propone el campo de la enseñanza, en beneficio propio e indirectamente de la empresa a la cual pertenecemos.
Variadas propuestas, desde jornadas intensivas, seminarios, congresos, cursos presenciales o a distancia, carreras cortas o de grado, facilitan mediante diversas ofertas la posibilidad mantener nuestra capacitación y conocimientos de manera vigente, mientras desarrollamos la propia e interminable carrera profesional.
Antes de terminar quiero hacerle una pregunta: ¿Cuándo se capacitó por última vez? Sólo usted, conoce la respuesta.
Recuerde que: Capacitarnos hoy, es capacitarnos para el futuro, mejorando nuestro pasado.
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