Aprendamos a manejar las emociones y a conocer nuestros propios impulsos en la comunicación.

  
       Si hay algo que tiene de bueno que nos  guste leer, es que al hacerlo tenemos la posibilidad de sumergirnos en universos que jamás hubiésemos conocido (independientemente del contenido). Ya sea por la clase de lectura que tenemos a nuestro alcance  (periódicos, cuentos infantiles, historietas, o más específicos como por ejemplo: metafísica, química, historia del arte, etc). o porque nos interesaría conocer una rama en particular, que quizá de otra manera no hubiéramos tenido la posibilidad de conocer, como astronomía, historia animal, etc.
     
       Reconozco que leí algunas de estas y otras temáticas, pero me motiva hacer esta introducción el hecho de haber terminado, luego de varios intentos y tras haber llegado a mis manos (después de algunos años de su publicación), la vigésimo quinta edición de este best seller mundial: “La inteligencia emocional” Por qué es más importante que el cociente intelectual, el renombrado  libro de Daniel GOLEMAN.
      En el mismo encontré gran variedad de teorías, conceptos, casos y ejemplos muy interesantes para poner en práctica de manera individual o en la sociedad donde interactuamos.
     
      Es que precisamente la vida en sociedad nos muestra a diario cómo cada uno de nosotros, a veces de manera inconsciente y otras definitivamente premeditada nos dejamos llevar por impulsos.
      Los mismos, pueden manifestarse como impulsos reprimidos o desbordados, analizados o violentos, acosadores o efectivos. Convirtiéndose en una ebentual amenaza o una desventaja a la hora de transmitir nuestras emociones.
     
       En las últimas páginas, el autor, hace referencia a una extraordinaria forma de controlarlos, mediante un método que él denomina “método del semáforo”. Por lo tanto me animé a compartirlo con ustedes y a recomendarles la lectura de este libro, imprescindible para el desarrollo personal y profesional.

Luz Roja:                1. Detente, cálmate y piensa antes de actuar.
Luz amarilla:          2.Cuenta el problema y dí cómo te sientes.
                                3.Proponte un objetivo positivo.
                             4.Piensa en una cantidad de soluciones.
                              5.Piensa en las consecuencias posteriores.
 Luz verde:          6.Adelante y pon en práctica el mejor plan.

      Sin embargo unas páginas más adelante menciona las siguientes palabras:
      Situación, Opciones, Consecuencias, Soluciones, representadas por la sigla SOCS.

       Esta sigla, representa un método de cuatro pasos que enuncia la situación  y qué se siente al respecto; se piensa en las soluciones para resolver el problema, y cuáles serían las consecuencias; se elige una solución y se ejecuta. Una versión más adulta del “método del semáforo”

      Estas pautas para la alfabetización emocional mejoran el conocimiento personal, el rendimiento,  la posibilidad de llegar mejor a las personas que nos rodean, ejercer la asertividad, adquirir mayor tolerancia y comprensión, obtener seguridad en nuestras relaciones sociales o empresariales y el bienestar con nosotros mismos.

      Analizarlas e incorporarlas a nuestra cotidianeidad, nos permitirá, sin duda, obtener buenos resultados.


GOLEMAN, Daniel,  "La inteligencia Emocional, 2006, págs 318-324