Camarero...

El servicio de trato directo con el cliente es un aspecto que deben cuidar quienes atienden a los comensales, porque su tarea trasciende  y es allí donde  se tiene que superar la acción de quitar o colocar platos, servir bebida o agregar cubiertos. Porque pensar que éstas últimas cosas son simplemente las tareas que deben realizar es subestimar su capacidad.
Sin embargo, por qué entonces nos sorprendemos cuando vamos a un bar o a un restaurante o estamos invitados a un evento y el servicio no es como debiera?
Quienes pretendemos la optimización de servicios buscamos en los que  nos atienden un plus: el saludo ante el primer contacto,  sonrisa durante el trato, además de notar que saben colocar los utensilios en la mesa como corresponde, o que no se perdieron por el camino trayéndonos finalmente el plato frio y no como debiera, que la distracción ante un llamado no sea moneda corriente o que es más importante la atención ante el requerimiento de algún cliente que la conversación con un compañero.
En la semana me tocó trabajar con una empresa de catering que casualmente incorporó a su capacitación gastronómica, Optimización del trato con el cliente, Ceremonial y cortesía y otras herramientas que sin duda supo su personal poner en práctica en beneficio propio y también en beneficio del cliente y la organización.
Además es importante que el personal en este caso de la empresa de Catering consiga capitalizar esa capacitación así podrá aplicar lo aprendido al área que sea necesario e incluso a funciones que en un futuro  pueden variar.
Realmente se nota la diferencia entre quienes proporcionan a sus empleados herramientas que contribuyen a ofrecer un mejor servicio y quienes no lo hacen. Porque se demuestra seguridad, empatía, cordialidad e interés por el otro, es decir se comprueba que no se  es un comensal más de la mesa sino una persona que espera simplemente ser atendida como corresponde.
Al servicio ágil se le debe sumar el buen trato y la buena predisposición.
A la comida a tiempo se le debe agregar una mesa bien presentada con todos los elementos necesarios anticipadamente, limpios y como corresponde.
Al servicio de bebida se le debe incorporar la cordialidad y la cortesía.
A la sonrisa se le debe agregar una atención esmerada, aunque sin exageraciones.
Estas son solo algunas de las simples diferencias entre quienes ofrecen un buen servicio y quienes no lo hacen.


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