Resulta prácticamente imposible negar la existencia de una interdependencia social, económica, comercial y de comunicación entre los distintos países y sus diferentes culturas o identidades culturales
Por lo tanto, todas aquellas aproximaciones que permitan mejorar la comprensión y el reconocimiento de las mismas, sin ninguna duda, servirá para complementar los conocimientos que se tienen al respecto. Aportando seguridad a la hora de desenvolverse con códigos diferentes a los nuestros.
La urbanidad, cada vez más olvidada en las grandes ciudades aún se sigue conservando en pueblos o ciudades más pequeñas. Eso no quiere decir que sus habitantes sean más o menos cultos que otros, sin embargo uno se siente más cómodo en aquellos lugares donde son reconocidos: los buenos modales, la cortesía, la etiqueta, los usos y costumbres, el respeto por las tradiciones del lugar, el lenguaje no verbal y su significado, en fin: LA CULTURA, que en aquellos lugares donde no son tenidos en cuenta.
Una conducta equivocada en el momento menos indicado puede ser un error imposible de subsanar. Es que a veces, por más que considere a la tolerancia como un valor sin igual en estas cuestiones, hay errores que resultan imperdonables para algunas culturas.
Todos en alguna oportunidad nos hemos sentido objeto del desconocimiento y la incomodidad en algún evento social, viaje por placer, reunión de negocios, o cualquier otro acontecimiento. Y hemos lamentado no saber cómo actuar sin herir susceptibilidades o sin faltar el respeto al otro sin que esa sea nuestra intención.
Los distintos aspectos de la idiosincrasia de los pueblos invitan a estudiar e investigar, con el objeto de conocer, respetar e incorporar aspectos que favorecen la vida en comunidad, tanto en el ámbito social como profesional.
Intente, dentro de sus posibilidades aprender más de los demás, al mismo tiempo que se descubrirá conociéndose a sí mismo.
Saber más de otra cultura no es menos que incrementar la propia.