Camino al Bicentenario














Todas las opciones se convirtieron en válidas a la hora de ornamentar fachadas en este camino al Bicentenario.
Lejos de lo que sostiene la vexilología... banderas limpias e impecables, sucias y rotas, descoloridas o escritas cubrían columnas, colgaban de techos, balcones y luminarias. Y mientras caminaba por las distintas calles de la ciudad de Buenos Aires me imaginaba las palabras de mis maestros en esta materia, trataba de recordar su experiencia, su capacitación y sus consejos.
A pesar de todo, no puedo negar la emoción que muchas veces me produjo ver nuestra bandera en distintos lugares, desde el coche de bebé de un niño, el carro de un cartonero, colgando de una vieja calesita y tantos otros sitios ... pero así también la tristeza de su mal uso aún en Organismos Públicos de la Nación.
Sigo preguntándome si alguna vez... ¿Escucharon hablar de Vexilología?, o ¿Debemos consolarnos pensando en que el sentimiento es más fuerte que la forma?